Leyes de la naturaleza
Todo es energÃa
Todas las partÃculas materiales son expresiones de un campo energético. Cada una de ellas tiene comportamiento tanto de onda energética como de partÃcula material. La forma en que la energÃa se manifieste estará determinada por la forma en que la observemos. La cantidad mÃnima de energÃa es el llamado cuanto (o quantum).
La energÃa viaja en paquetes cuánticos básicos
Una cantidad discreta (es decir, separada del resto) de energÃa es un paquete cuántico. Hay un número limitado de paquetes básicos. Estas son las frecuencias básicas a partir de las cuales se ha construido toda la creación. Todo en el universo es una multiplicación de la energÃa básica contenida en cada paquete cuántico. Es la forma en que estos paquetes se están conectando y uniendo lo que explica la gran variedad de manifestaciones fÃsicas.
Nada es absoluto. Todo es probabilidad
Cualquier medición o prueba que se realice solo dará un resultado de probabilidad. Dado que todo es posible en la naturaleza, solo se puede determinar la probabilidad de que algo se dé de cierta manera especÃfica. La medición o la prueba proporcionará un resultado fijo de entre todas las posibilidades que están presentes en la naturaleza. La siguiente vez que se repita la misma medición, el resultado volverá a ser aleatorio, lo que significa que podrá ser o no el mismo que el resultado anterior. No hay un resultado fijo absoluto para ninguna medición o prueba que se pueda hacer. Todas las cosas naturales contienen, por definición, todas las posibilidades, aunque no podamos registrarlas todas. En la vida todo es posible, hasta las cosas más inverosÃmiles.
La medición determina la realidad
Hasta el momento en que se mide el estado exacto de una partÃcula cuántica, ese estado es indeterminado. De hecho, se puede pensar que se encuentra en todos los estados posibles. Al realizar una medición, el estado de la partÃcula se vuelve absolutamente determinado, y todas las mediciones posteriores de esa partÃcula darán exactamente el mismo resultado. Entre mediciones, ese sistema existirá en una superposición de dos estados posibles, con la probabilidad de que uno aumente y el otro disminuya. Cada medición devuelve el sistema a un único estado definido. La realidad no es más que el resultado final de una medición, de una observación. La manera en que observamos el campo de energÃa determina lo que vemos. Nuestra realidad es el resultado directo de cómo observamos el campo energético del que formamos parte
Movimiento perpetuo
Todo está en constante movimiento. Cuando un cuanto de energÃa se ralentiza demasiado o se acelera demasiado, cambia su estado energético. El movimiento crea una transformación de energÃa, y esto es debido a que el punto de equilibrio (que la frecuencia energética está tratando de mantener) cambia a un nivel diferente. Los puntos de equilibrio se mueven, al igual que lo hace la energÃa misma. Existe el movimiento circular alrededor de un punto central y luego está el movimiento de los puntos centrales a lo largo de otra trayectoria circular, que a su vez tiene un punto central que se mueve a lo largo de otra trayectoria circular, y asà sucesivamente. Ciclos dentro de ciclos. Es el movimiento perpetuo de la creación el que crea el tiempo.
Las correlaciones cuánticas son no-locales
Cuando dos partÃculas cuánticas interactúan de una manera adecuada, a partir de ese instante sus estados dependerán el uno del otro, sin importar la distancia que haya entre ambas partÃculas. La correlación entre estos dos estados no puede ser descrita por medio de ninguna teorÃa local (o sea, relacionada con estados definidos de las partÃculas). Estos estados son indeterminados hasta el instante en que se mide uno de ellos, momento en el que ambos se vuelven absolutamente determinados. Aunque la conexión siempre está presente (todo está interconectado), la conexión entre dos partÃculas cuánticas especÃficas fluctúa entre muy fuerte y muy débil. Cuando ponemos nuestra atención en dos partÃculas especÃficas, sus estados se vuelven altamente interdependientes. Tanto es asÃ, que al fijar una de las partÃculas en un estado especÃfico la otra se fija al mismo tiempo.
Todo lo que no está prohibido es obligatorio
Una partÃcula cuántica que se mueve del punto A al punto B tomará absolutamente todos los caminos posibles de A a B al mismo tiempo. Esto incluye caminos que involucran eventos altamente improbables. La teorÃa completa de la electrodinámica cuántica (QED) implica contribuciones de todos los procesos posibles, incluso los menos probables. El resultado final es siempre la suma total de todas las posibilidades. Si queremos seguir la ruta entre el punto A y el punto B, estaremos "fijando" la partÃcula en una posición especÃfica a lo largo de una ruta especÃfica. Al observar la partÃcula en su camino de A a B estaremos creando la realidad de esa ruta especÃfica, lo que ya no nos permite ver ninguna otra posibilidad.
Acción y reacción
Cada acción sobre un campo energético creará una reacción de este igual pero en sentido opuesto. La acción perturba el equilibrio del campo en ese momento, y el campo responde tratando de compensar el efecto de esa acción. Un campo de energÃa y todo lo que hay en él, incluida cualquier materia, resistirá cualquier fuerza que altere su equilibrio natural de ese momento. La evolución es siempre un cambio en el equilibrio desde una configuración estable a la siguiente. Cuando un campo de energÃa ya no es capaz de volver a su estado de equilibrio actual, se adapta a un nuevo punto de equilibrio.
En un sistema de energÃa cerrado, la energÃa solo se puede intercambiar, no se puede ganar ni perder.
La cantidad total de energÃa dentro de un sistema permanece igual en todo momento. Las interacciones solo permiten la transformación de la energÃa de una forma a otra. Nunca se pierde energÃa. Nunca se gana energÃa. La materia fÃsica es una cantidad de energÃa "fijada", lo que reduce la cantidad de energÃa que fluye libremente dentro de ese campo. Habrá un intercambio constante de energÃa entre los elementos fÃsicos y los no fÃsicos dentro de dicho campo.